
La tercera entrega de la saga Souls más famosa de From Software llega hoy a Playstation 4. Dark Souls III nos lleva al mundo de Lothric, donde en una nueva entrega tendremos que ir recorriendo las hogueras de este mundo para arrebatarles la vida y las almas a todos los enemigos que se nos pongan con delante. Junto al lanzamiento de hoy, desde LivingPS os traemos el análisis del título, donde pondremos a prueba todos los aspectos técnicos y jugables que podemos ver desde el comienzo de nuestra aventura. Pero antes de nada, vamos a nombrar brevemente anteriores entregas del estudio de desarrollo, ya que este título bebe mucho de todos y trae su propio toque especial, el cual le da su gran encanto a esta tercera entrega.
Hidetaka Miyazaki inventó la gallina de los huevos de oro desde que creó el que es el precursor de todos estos títulos, Demon’s Souls, donde con un gameplay muy exigente, y frustrante, generó una gran aceptación y rechazo a partes iguales, pero el verdadero éxito lo consiguió con el primer título, Dark Souls, el primer título de la trilogía que continuaba con esa dificultad con la capacidad de sacarnos de quicio con el más débil de los enemigos. El otro punto fuerte que tiene Dark Souls III es el enorme trabajo con la ambientación en los paisajes de Lothric, unos escenarios que conectan entre sí de una manera sublime, que aunque parezcan sobrios y simples, es lo que le da una grandeza aún más superior. Y como colofón, como no podía ser, la forma de contarnos la historia es de nuevo maravillosa, la cual consigue que nos sumerjamos de lleno en este universo lleno de dioses con un poder infinito junto con relatos que parece que jamás debieron ser contados. Emoción que le faltó a la segunda entrega, Dark Souls II, ya que Miyazaki estaba centrado en esos momentos en Bloodborne, el exclusivo de Playstation 4 que nos sumerge en los relatos más oscuros de una Yharnam, si cabe, ‘lovecraftiana’ y que gracias a esta entrega se introdujeron nuevas características y mejoras, que también están presentes en Dark Souls III.
Ahora que Miyazaki ha vuelto a formar gran parte de la creación de Dark Souls III se nota ese toque retorcido en la dificultad que le faltó a la segunda parte y que le devuelve a la saga el lugar que le merece, de la misma manera que los Señores de la Ceniza están llamados y destinados a ocupar sus respectivos tronos, el cual quizá haya sido uno de los motivos por el que los verdaderos fans de la saga han esperado a esta entrega para reconciliarse con la saga, lo que puede que quizá sea esta tercera entrega la verdadera secuela del primer Dark Souls. Sin duda, estamos ante el título más difícil y exigente de la saga, cosa que parecía poco posible después de degustar durante cientos de horas la primera entrega.
A continuación os vamos a desglosar y detallar todos los entresijos de Dark Souls III en nuestro análisis, donde vamos a poner a prueba todos sus aspectos.

Bienvenido a Lothric
Como siempre, nada más empezar y después de una de las cinemáticas más sublimes que quizá veamos durante este año 2016, donde además veremos a varios de los jefes que nos encontraremos en nuestra aventura, pasamos a la típica creación de personaje que no deja de ser tal como recordábamos, ofreciendo las mismas opciones, pero con un nivel mucho mayor de personalización (podemos elegir diferentes barbas, tatuajes, peinados, etc…) y nuevos añadidos con nuevas clases, como son el mercenario, el heraldo y el asesino. Una herramienta de personalización la cual, si sois verdaderamente meticulosos, puede que os tiréis mucho más tiempo del pensado si os adentrais dentro de cada una de las opciones de personalización.
En esta entrega, las estadísticas están muchísimo mejor equilibradas y definidas, lo cual hace que al haber más, cada una tienen ahora una utilidad muy concreta y específica. Ahora, por ejemplo, los puntos de vitalidad nos otorgan mucha más vida y harán que nuestra barra de vida prolongue su longitud de forma más temprana. Algo a destacar, que resultó tremendamente inútil en el primer Dark Souls, es la resistencia, que en esta tercera entrega hace que no sólo aporta puntos extra a nuestra defensa, ahora aumenta la cantidad de equipo que podemos llevar y podremos cargar mucho más peso. Algo negativo en esto son los hechizos, que necesitan de una buena cantidad de inteligencia y fe, lo que hace que posiblemente prescindamos de los hechizos más potentes para hacernos unas configuraciones más versátiles o especializadas.
Y aquí viene uno de los puntos que se han quedado atrás respecto a las demás ejecución técnica, ya que nada más comenzar a movernos tenemos la impresión de que gráficamente no vamos a jugar nada nuevo y parece que además las animaciones y movimientos que vimos hace cuatro años han vuelto de nuevo sin ningún retoque. Pero no nos dejemos engañar, ya que aunque gráficamente se nota que es lo único que lastra la saga y que pide a gritos una mejora, a medida que avancemos en la historia vamos a encontrar mejores modelados, paisajes, y enemigos; todavía le queda mucho por exprimir al actual hardware de Sony, y prueba de ello es el propio Bloodborne. Y es sólo lo único reprochable al título, junto con la tasa de fotogramas por segundo, que incluso después de la actualización 1.03 se nota mucho la mejora, pero las caídas de frames son muy palpables, sobre todo cuando cambiamos de una zona a otra. Por suerte, durante todas las horas que hemos dedicado antes de hacer este análisis, en los encuentros con jefes finales no hemos vivido ninguna bajada en la tasa de frames, la cual dada la exigencia que tiene jugablemente el título, que es excelente a la par que frustrante, se vería perjudicada si esto pasar durante un encuentro, ya que nuestra capacidad de reacción y la respuesta a las acciones en el mando se verían perjudicadas.

Prepara tu arma Guardián de la Ceniza
Y es que no es para menos, porque si algo tiene que agradecerle Dark Souls III a Bloodborne es el aumento de la velocidad de los movimientos y los combates y las habilidades específicas de cada arma. Una profundidad aún más mejorada gracias a las técnicas de batalla, que son habilidades asociada a cada arma y escudo que consumen puntos de ceniza (esa barrita de color azul). Aunque las armas normales no parece que sean demasiado útiles, al menos contra jefes finales, las armas únicas cuentan con habilidades especiales asombrosas que incluso pueden sacarnos de algún que otro atoyadero, algo que además se convierte en un arma de doble filo en los enfrentamientos online, ya que otros jugadores enemigos también las poseerán.
Y si el combate ha ganado velocidad, los enemigos tampoco se han quedado atrás. La agilidad de estos en el combate se nota desde el principio, lo cual los hace aún más agresivos y letales que nunca, junto con una inteligencia artificial mejorada, ya no los veremos combatir contra nosotros como pollo sin cabeza si encontramos grupos de enemigos, ya que también optarán por acercarse a sus compañeros para llamar su atención y así los ayuden a arrebatarnos la vida (o un pedazo de ella). Además de tener las facultades de rompernos la guardia, también pueden cambiar de patrón de movimiento o habilidades (además de cambiar incluso hasta de forma), e incluso hacer uso de movimientos devastadores pero que les dejan también completamente expuestos. Los únicos perjudicados en estos combates más rápidos quizá sean las grandes armas o armas a dos manos, ya que estas siguen teniendo prácticamente la misma velocidad que en entregas anteriores y parece que tendrán un segundo plano, a no ser que nos guste sufrir más todavía
A todo este combate frenético se le unen los ya conocidos ataques por la espalda, los contra-ataques después de bloquear un golpe y la inclusión de un nuevo movimiento, la posibilidad de poder aturdir al enemigo si le propinamos un golpe en el momento preciso, algo que nos recuerda a los ataques viscerales de nuestro cazador en Bloodborne, una facultad que a los jugadores más expertos no les va a costar nada explotar para avanzar de una forma menos comprometedora y así guardar nuestros frascos de estus para los encuentros finales. Además, la base central de Demons’s Souls regresa en Dark Souls III, en esta ocasión enlazada al Santuario de Enlace de Fuego, el lugar donde podremos volver cuando queramos para subir nivel, comprar mejoras, etc… ya que a través de las hogueras repartidas por todo Lothric, además de renovar la durabilidad de nuestras armas y escudos (no nos engañemos, estas se desgastan mucho más rápido en comparación con las anteriores sagas, lo cual es un punto positivo ya que si no nos tocaría volver cada dos por tres al Santuario), podremos volver cuando queramos a este común lugar del que pronto nos vamos a familiarizar, y podremos visitar el herrero para mejorar, imbuir o reforzar nuestras armas, un proceso que además es mucho más sencillo, llevadero e intuitivo.
Pero no sólo las almas que adquiramos las gastaremos a través de nuestro amigo el herrero, esta moneda en curso en Lothric nos sirve para todo lo que queramos, además de una forma con usos más simples y directos. Siguiendo una serie de pasos muy sencillos podremos contar con un personaje en nuestro Santuario para transformar nuestras armas en armas legendarias, algo que elimina el tedioso proceso de subir de nivel una empuñadura de espada rota al máximo. Las armaduras ahora poseen estadísticas fijas y no se desgastan, lo cual implica que estas no se pueda mejorar de forma alguna, como ocurría en anteriores entregas. Se incluyen mejoras en el sistema de jurar lealtad a un pacto, si antes teníamos que ir a cada respectivo personaje para jurarle lealtad a esa facción, ahora simplemente bastará con equiparnos el objeto correspondiente para servirles a su causa sin necesidad de «pasar por vicaría» cada vez. Todas estas características puede que hagan parecer que Dark Souls III se haya hecho en vez de más accesible, o «casual», pero nada más lejos de la realidad, ya que al eliminar algunas de estos tediosos procesos implica que nos comprometeremos más si cabe con la mejora de nuestro equipamiento, ya que algunos jugadores en detrimento de no invertir este tiempo en mejorar los objetos, puede que hasta descartaran este tipo de herramientas debido a su complejidad.

Has muerto…¡Otra vez!
Aunque Dark Souls III ya hemos comentado que no es un portento gráfico, cumple en sobremanera las expectativas de todos los jugadores aficionados a la saga en consolas, aunque en comparación con la entrega en PC, aunque ofrece la misma resolución nativa 1080p, pero la tasa de frames es de 30 imágenes por segundo, aunque como ya os comentamos sería necesario que la estabilidad de las mismas se siga mejorando, ya que hay tramos en el juego que incluso después de la actualización 1.03 las caídas son muy exageradas en momentos puntuales. Pero eso no quita que los diseños que nos encontremos sean inigualables y característicos de la saga y con un detalle y ejecución soberbios, aquí es donde se nota el pensamiento retorcido y lleno de locura de Miyazaki, que hace que algunos de los escenarios y enemigos que nos encontremos parezcan como sacados de las peores pesadillas de sacadas del cine de terror más tórrido.
A esto le acompaña además el diseño de los enemigos, no sólo de los personajes no jugables con los que interactuamos, cuando pensamos que es difícil rizar el rizo, Dark Souls III va y lo consigue, sobre todo con los modelados terroríficos de los Jefes Finales, y vaya jefes, cualquier encuentros anteriores en las anteriores aventuras palidecen de una forma más que clara al encontrarse con los enemigos legendarios que nos vamos a encontrar en Lothric, todos nos infunden un temor, terror y respeto que nos harán dudar una vez (y más de dos) antes de dar un paso adelante para conocer y probar en nuestras carnes sus patrones de movimientos y golpes. Un desafío tremendo que, aunque al principio durante los primeros encuentros puede que parezca continuísta y poco innovador, a medida que escudriñemos Lothric nos daremos cuenta de que Dark Souls III se consolida como el título más difícil de la saga.
Todo el equipamiento y armas que nos encontremos en el título serán de un gusto excelente, todo ello acompañado con la estética al más puro estilo Souls. Aunque prácticamente todo lo que veamos nos hará recordar al primer Dark Souls, los diseños han sido mejorados de una forma y manera notables, además de darnos una buena cantidad de datos que nos ayudan a tejer nuestro propio telar con la historia del título. Además esto se nota sobre todo en los tutoriales y notas que encontramos a lo largo de la aventura, evitándonos muchos quebraderos de cabeza. Aventura además que, a pesar de ser profundamente complicada, no dudaremos en ningún momento de rejugar para sacarnos más de quicio (o suicidarnos, que sería el próximo paso) y así disfrutar de una experiencia más que sobresaliente.
Antes de proceder a realizar la conclusión final, no podíamos pasar por alto el apartado sonoro del título. Una banda sonora magnífica, en todo momento ayuda a la inmersión en las batallas y a las escenas y secuencias de vídeo le dan ese toque magnánimo que sólo gracias a una buena ejecución instrumental y coral hace que estas sean todavía más magníficas. Un apartado que hace que Dark Souls III luzca más si cabe.

Un título espectacular
Para los fans de la saga resultará más que innegable que Dark Souls III se mantiene en una base nostálgica y familiar, algo parecido a si hubieran cogido el primer Dark Souls y From Software haya empezado a levantar el edificio sobre una más que buena base. Todo en el título está más que bien construido y logrado y resulta inevitable maravillarse a cada paso o zona a la que entramos por primera vez. Pero experimentamos sensaciones de satisfacción únicas que sólo se consiguen tras invertir horas, horas y horas (y muchas muertes) en los combates más encarnizados contra los enemigos más complicados, y unos jefes finales tan ominosos como exigentes.
Hay que felicitar a los chicos de From Software, ya que después de otros cuatro juegos (desde Demons’s Souls hasta Bloodborne), y además ofreciendo una historia que nos tenemos más que sabida gracias a esta trilogía, nos sorprenden más todavía, aunque pareciera imposible, y con Dark Souls III lo consiguen y con creces. Todos los elementos que han hecho grande a la saga han sido pulidos al máximo y perfeccionados, ofreciendo el que hasta ahora es el título más dificil que jugaremos. El gameplay más desafiante con unos diseños de encuentros y jefes sublimes, que además conectan de una forma magnífica con las entregas anteriores, además sumado a encuentros y batallas más rápidas. Todo esto sólo ensombrecido ligeramente debido a la inestable tasa de fotogramas, que aunque va mejorando debido a las actualizaciones que se han ido lanzando, es algo que todavía resulta algo molesto. Aun así, aunque lo que pudiera parecer un fin de saga y de ciclo con esta tercera entrega, esperamos que esto sea sólo un punto y seguido y el equipo de desarrollo nos siga ofreciendo una experiencia inigualable, algo que From Software cumple en sobremanera con Dark Souls III y lo convierte e uno de los indispensables de este año 2016, un gran y fuerte candidato al GOTY.
Graficos - 85%
Jugabilidad - 100%
Sonido - 95%
93%
Dark Souls III sin duda es una ejecución magnífica en todos los sentidos. From Software ha hecho un trabajo exquisito ofreciendo una aventura muy larga, desafiante a la par que divertida, compleja y profunda que no decepcionará a nadie, ni a los fans mas veteranos de la saga. Es una experiencia sorprendente, con unos paisajes y diseños espléndidos cuya fórmula principal parece que no da ningún signo de estar agotada o sobreexplotada. Un título que nos sigue dejando con ganas de más y que promete no ser el último.
LivingPlayStation Blog de videojuegos para usuarios PlayStation donde encontrarás noticias, análisis y foros.
				
						
					
						
					
Debe estar conectado para enviar un comentario.